Me pareció increíble que una simple manzana hablara por sí misma; y que tuviera tantas cosas por contar. Les contaré como yo lo viví, y creo que la experiencia vale la pena ser explicada. Aquella manzana había recorrido centenares de kilómetros para narrar la presencia de la globalización en muchos aspectos de nuestras empresas. Les invito a leer estas líneas.
Imagínense. 10:00 de la mañana. Reunión en Londres, en las oficinas de un importante cliente de Kenia interesado en nuestras soluciones. La presión, en la misma medida que nuestro interés y entusiasmo por los temas a tratar, no podía ser más alta. Con ganas de comer algo fresco y relajarme, la verdad. ¡Qué tensión!
La historia empieza un tiempo atrás, en la Sage Summit (Chicago, julio de 2016). Se me acercó una chica aceleradamente. “Eso es lo que nosotros necesitamos, ¡eso!” -señalando algo tras de mí-. A primeras, no entendí su mensaje. “¡Eso!, eso es lo que nosotros necesitamos” -insistió-. Me di la vuelta y atiné a ver que señalaba un rótulo del stand de Aritmos, concretamente, una de nuestras soluciones verticales sobre Sage X3 para el sector hortofrutícola. De hecho, una solución de éxito que ya hemos implementado en múltiples empresas.
Ahí empezó todo. Nuestra solución, tal vez la imagen de esas frutas también, captó el interés de esa ejecutiva. Tras un tiempo de relación, viajamos hasta Kenia para conocernos mejor, presentar nuestras soluciones para el sector hortofrutícola y ver las posibilidades de implementación de la misma en una empresa del país. Todo fue bien. Hasta el punto que estábamos de nuevo reunidos, como les contaba. En Londres, en las mencionadas oficinas del cliente, para proseguir con las apasionantes negociaciones.
Pedí algo para comer, estaba exhausto tras días de intensos viajes. Trajeron fruta: no podían haber acertado mejor, soy de Lleida, “país de frutas”. Me encanta. Cogí una manzana y algo llamó mi atención. Una pegatina en su piel, de la empresa “Girona Fruits”, cliente histórico de Aritmos. ¡Qué pequeño y curioso es el mundo! O sea, una de las reuniones más importante de mi vida, para hablar de nuestro producto estrella, y aparece en escena un ejemplar de algo que gestiona nuestro software para llevarlo desde Girona al resto del mundo.
No me pude aguantar, necesitaba contarlo. “Hoy hablaremos de esto” -dije señalando la manzana-. Me salió así. “La solución de negocio de la que hablaremos hoy es la misma que ha llevado esta manzana hasta esta mesa”. No podía ser de otra forma: nuestro producto tecnológico lleva años facilitando que muchas frutas como estas estén presentes en más de 100 mercados a nivel mundial. Estoy contento, la reunión iba bien, muy bien. Mi historia había empezado en Lleida, viajó hasta la Sage Summit de Chicago, a Kenia, Londres… ¡Más de 28.000 Km persiguiendo una manzana!
Y de ahí, a reunirnos en uno de los edificios más espectaculares de la city, “The Shard”. En las oficinas centrales de Sage, una impresionante decimoséptima planta, con uno de los directivos que más admiro: Stephen Kelly, CEO de Sage a escala mundial. ¿Casualidad o globalización? ¿Qué opinan ustedes?
Andreu Salvadó, CEO en Aritmos.
